HISTORIA DE QUINTANILLA-ESCALADA

 

                                                                                                                           

HISTORIA DE QUINTANILLA-ESCALADA

A 667 metros sobre el nivel del mar, junto a la carretera de Santander, distante de Burgos 60 kilómetros, en la margen derecha del río Ebro está Quintanilla Escalada (economía salival ha llevado a la supresión de “junto a”).

En un pueblo pequeño, en el que convergen antigüedades, apertura al progreso técnico, páramo y valle, inquietud educativa y silencio placentero, vivacidad comunicativa y discreta penumbra a la vera de la nacional 623.

Sus calles cortas y estrechas se ven inundadas en verano por muchachos y muchachas del Campamento Diocesano

.  Hasta no hace mucho y durante casi un siglo (1887-1964) eran los estudiantes del Colegio-Preceptoría, quienes en menor número pero durante más tiempo le animaban con sus corridas, gritos…

 

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Evolución demográfica y censos ganaderos

 

En el informe del arzobispo Vela al Rey Felipe II el 1588 Quintanilla Escalada figura con doce vecinos.  Comparando esta declaración con las cifras, que constan en las matrículas del Valle y Honor de Sedano entre 1595 y 1622, resultan éstas más altas, oscilando entre 20 y 27 vecinos.  El Visitador Diocesano el 1710 dice haber encontrado trece vecinos y cuarenta años más tarde, el 1752, el Catastro de la Ensenada da los nombres de 31 cabezas de familia, a cuya sombra viven 131 habitantes.  La primera Estadística Diocesana, impresa el 1858, consigna 38 familias o 138 feligreses.  El 1950 la Matrícula Parroquial incluye 24 hogares con 81 hombres y mujeres.

Sobre ganadería destacamos tres censos.  El 1613 la documentación del Valle y Honor de Sedano reseña  que en Quintanilla había 30 bueyes, 26 lechones y 450 ovejas-cabras.  Si no hemos errado al sumar, el catastro de la Ensenada acredita la existencia en nuestro pueblo de 167 ovejas, 160 cabras, 44 vacas, 19 pollinos y 55 caballos.  Un censo de 1877, procedente  del Consejo, indica haber en tal momento 33 cerdos, 63 cabezas de vacuno, 27 de mular, 512 de lanar y cabrío.  La agricultura no parece haber tenido gran apogeo, lo cual se comprende conociendo o viendo la configuración del terreno.  Según el catastro de la Ensenada hecho el 1752, de los 31 cabezas de familia, nueve eran arrieros, dos pastores, un albéitar-herrador-veterinario, cuatro viudas, un ermitaño, un soldado y el resto labradores.

 

Período medieval

 

La primera mención escrita de Quintanilla Escalada aparece en una donación del Rey Alfonso VII hecha el 1141 al monasterio de San Martín de Escalada.  Ello hace suponer un asentamiento que trata de potenciar la corona uniéndole a un cenobio con beneficio también de éste (Omitimos alusiones más amplias a esta abadía por haberla dedicado un capítulo especial).

El Becerro de las behetrías (1352) omite Quintanilla y pone San Martín de Escalada.  Nos parece un error y es clara la identificación.  Los vecinos como vasallos pagaban al abad cada uno al año medio almud de pan, mitad trigo,  mitad cebada y cinco dineros.

Por un pergamino, que custodia la Colegiata de Aguilar de Campóo, llegamos al conocimiento de que el abad de San Martín y canónigos arriendan el 1430 al prior del monasterio una presa, que tenían en Quintanilla “a do disen las eras como ba derecho e pasa a un molino, que es en el término del dicho logar en el río Ebro”.  Entre los testigos aparece un vecino del pueblo de Quintanilla de Escalada; figura el pueblo con el apellido, el uso se generalizará desde finales del siglo XVII por influjo de la administración eclesiástica y después de la civil.  Cinco años más tarde en otro acto similar pero ahora de un molino de Tubilla vuelven a aparecer testigos de Quintanilla de Escalada.

Entre 1476 y 1488 se incorpora como canónigo de la abadía de San Martín un clérigo de Tablada del Rudrón, que además era notario real y escribano público.  En sus protocolos varias veces vecinos de Quintanilla Escalada como testigos de diversos actos jurídicos, vg. Testamentos, compraventas…  Una cierta relevancia tiene el requerimiento, que el procurador del Consejo de Quintanilla hace al abad del monasterio para el arreglo en común de una presa de molino, que se había llevado el agua so pena de perder sus derechos, no concurriendo en los pagos de reparación.  Está fechada la citación el 23 de Enero d 1484.

El apeo episcopal de 1515-16 nada dice de Quintanilla, aunque sí habla de las obligaciones pecuniarias que tiene el monasterio de San Martín con la mitra.

 

Hubo un acontecimiento con incidencia a largo plazo para Quintanilla.  En 1541 la colegiata o abadía de San Martín era anexionada a la de Aguilar de Campóo juntamente con la de San Martín de Helines y Castañeda, ambas en Cantabria.  Los de San Martín de Helines iniciaron un largo pleito contra la anexión, que llegó hasta la Curia Romana.  No conocemos la participación directa en el litigio por parte de los de Quintanilla pero indirectamente podemos deducir que no les sentó bien a medio plazo.

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La iglesia de San Román

 

A raíz del incidente reseñado en el último párrafo del apartado anterior la asistencia religiosa de Quintanilla correrá por cuenta de los canónigos de Aguilar (sin embargo no  hemos logrado aclarar por qué el 1599 el eremitorio de Ebro no rendía cuentas al abad de Aguilar, cuando antes el 1589 pretendió derechos judicialmente; o las pretensiones eran desmedidas o hubo alguna transacción desconocida).

Desde finales del siglo XVI hay constancia de una ermita dedicada a San Román, donde incluso se enterraba.  Pero el Visitador Episcopal, que pasó por Quintanilla junto a Escalada el 1680 escribe:  “Ha poco se ha hecho una iglesia, que la ha hecho el Concejo por su cuenta, porque los canónigos atienden mal la suya.  La nueva a modo de ermita está dedicada a San Román”.

Hay un libro de cuentas de la ermita de San Román y San Roque que da principio el 1610 (los de bautizados, casados y finados comienzan el 1592).  En el de cuentas se lee que el 1675 se autorizó a poner pila bautismal en San Román,  “ya que San Martín está lejos, mal atendida y con muchas humedades”.

 

El 1742 la Colegiata de Aguilar quiso apropiarse de la iglesia de San Román y el Concejo escogió dos procuradores, para que defendiesen los intereses del lugar o diesen explicaciones.  El año anterior los bienes de la abadía de Quintanilla habían sido arrendados por la Colegiata de Aguilar a un vecino de Quintanilla, llamado Juan Gallo Sanromán.

La iglesia de San Román hoy aparece como un montón de escombros con restos de arcos de medio punto y nervios de las bóvedas.  Está enfrente del templo más moderno costeado por doña Manuela Díez Bustamante e inaugurada el 1893.   Este ha sido levantado en honor de San Miguel y recogió los elementos de cultos aprovechables del antiguo.  Un retablo de Quintanilla fue cedido a Báscones de Ebro el 1938 y un púlpito, a San Martín de Helines el año anterior.

 

 

La ermita de San Roque

 

Al Norte del casco urbano y a continuación de él está construida la ermita de San Roque, el abogado contra la peste.  Al comienzo de la cuenta de la ermita de San Roque, que comienza el 1610, se lee “después que se bendijo exhibieron la licencia de bendición”.  Lleva el año 1604, luego ya tenemos documentado el tiempo de su edificación.

Se conserva en buen estado.  La parte próxima al presbiterio cuenta con bóveda de piedra, el resto está cubierto con madera bien por ampliación, reforma o transformación de pórtico o portalillo.         

Su retablo está algo deteriorado por efecto de la humedad pero es hermoso y habría que plantearse la conveniencia de su restauración.  San Roque está en el lugar más destacado y a su lado dos tablas representando a San Martín en el momento de partir la capa y el martirio de San Sebastián; la puerta del sagrario proclama la resurrección de Cristo.

Detrás del retablo se encontró el 1910 una cruz bizantina en forma de tau (t mayúscula) con esmaltes de 15x15.  En calidad de depósito fue llevada al museo catedralicio de Burgos el 17 de Diciembre de 1936, donde se conserva.  Parece de justicia y de elemental información al turista, que tuviera un cartelillo indicando la procedencia.

 

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Noticias varias

 

El catastro de la Ensenada menos a dos cabezas de familia a los veintinueve restantes les cataloga como hidalgos y de todos ellos sabían firmar nueve.

La desamortización entre 1860 y 1881 afectó a los bienes propios del Concejo.  No conocemos expedientes de ventas de bienes eclesiásticos.

La estación de carga de petróleo loriego situada, donde antes estuviera la antigua abadía de San Martín se construyó al ponerse en explotación los sondeos positivos iniciados el 1964.

Sobre la ermita de Ebro remitimos a otro artículo especial.  También dedicamos unas líneas particulares al Colegio-Preceptoría, al celebrarse este curso el primer centenario de su apertura.  Únicamente queremos añadir sobre este asunto que su fundador, don Julián Díez Bustamante, fue director del Banco de España según testimonio de don Justino Gómez, y era natural de Quintanilla.

Hay una regla de la cofradía de la Cruz del año 1711 y entre los papeles de la parroquia asimismo unas ordenanzas del Concejo de 1675 con añadidurías de 1683.

 

El cementerio fue cercado el 1853.   No hubo victimas en la gripe de 1918.  El 1845 los ciento treinta y ocho habitantes de Quintanilla se unieron al Ayuntamiento de Valdelateja y el 1911 se pasó el vecindario al de Escalada, previo el trámite legal correspondiente.

 

 

El puente sobre el Ebro y el canal

 

A principios de siglo había un puente colgante de madera, que se hundió.  Se pagaba un real por cada viaje.  Inmediatamente se hizo el que fuera volado al estallar la guerra del “36”.  Reparado continúa pidiéndose su ampliación para atender mejor al intenso movimiento de vehículos, al que está sometido.

El 1904 don Abelardo Estébanez obtiene permiso para aprovechar aguas con destino a producir energía eléctrica.  Se amplía la concesión hasta 6.000 litros el 1912.  La propiedad pasó a “El Porvenir”, luego a “Electra de Burgos” y ahora es de “Iberduero”.  Llegó  a tener 9 operarios el 1959.  Hoy funciona automáticamente.

Después de la primera concesión se construye un canal, que arranca casi del mismo Quintanilla, después del puente sobre el Ebro.  El canal tiene una longitud aproximada de tres kilómetros, siendo su anchura unos cinco metros y profundidad dos.  Quinientos metros de canal fueron perforados en roca a manera de túnel.  Hay un puente acueducto metálico, cuyas piezas se trajeron en carros de bueyes desde Cabañas de Virtus.  En el túnel ocurrió una tragedia el 17 de Junio de 1938: perecieron once personas, salvándose solamente tres, al naufragar la barca, cuando venían de la ermita de Ebro.

He aquí, amigo lector, a grandes rasgos, en breves líneas expuesta la interesante, larga y compleja historia de un pequeño pueblo burgalés: Quintanilla junta a Escalada.

 

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HISTORIA DE LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE EBRO    

   HISTORIA DEL COLEGIO-PRECEPTORIA DE QUINTANILLA-ESCALADA

SOBRE LA DESAPARECIDA ABADIA DE SAN MARTIN DE ESCALADA